miércoles, 26 de agosto de 2015

Suspiro ancho.








Puse el viejo libro (es un libro viejo en sí)

sobre la taza de café aun humeante.

Miré cómo las letras se mezclaban con la sustancia,

y como la sustancia llenaba esos espacios infinitos

entre grafía y grafía.

La degradómica material hizo su aparición también,

como un aguafiestas, como policía de las leyes naturales

a poner su toque limitante.

Puse el libro viejo, de un autor que ha merecido tener

ese libro viejo. En mi taza amarilla humeante, que se

ha ganado ser el receptáculo de mis letras y metáforas.

Saboreé el café sabor a tinta y sangre. Y cada párrafo

me supo a la vez a un sorbito cafeinómano.

Habrá sido la endorfina que se escapó. O mi sentimiento

por lo que amo, pero un libro sobre una taza de café

en una noche fresca me hizo sentir afortunado.



viernes, 21 de agosto de 2015

Hoy y ayer



Emmm...



Voy a pecar de sincero

Sin empezar a entenderle a esa frase.

Voy a tirar esa ráfaga sin animosidad de intrigar.

Simplemente informar.

Es que eres tú. Ese Tú que te hace yo.

Siento un puente de Einstein-Rosen desde tu sitio

hasta el mío.

No te voy a elevar a donde no puedas volar.

Las caídas son duras...y duran.

Tampoco te pondré en algún sitio cartografiado.

No es que lo merezcas o no, es simplemente que

no hay sitio para un espejo en una habitación

para que nos deje de reflejar.

Tú estas ahí, donde intentas estar, y yo estoy

aquí donde la comodidad me ha vencido.

¿Que si quiero estar ahí con vos y tu voz?

¿Y por qué no?¿Que si te quiero abrazar

como cualquier otro mortal? Tengo brazos.

Te quiero tocar, tengo manos que han escrito

para tí. Y se sienten intimadas con tu ser.

Se quieren sentir con derecho. Y soy zurdo.

Dios me dio el don para escribir y ser ateo.

Así que creo en lo que veo. Y a tí te veo.

Y hasta te siento. No te canses. Que no hay tiempo.

Algún día te besaré, eso es seguro. Ya sea

trasgrediendo las formalidades o fingiendo ser

mortales. Y será el inicio de nada, o el final de

un principio. Tengo palabras vulgares para

acomodarte: amiga, compañera, hermana, vecina.

No te caben. No hay necesidad. No mancharía

tu cuerpo con ese tipo de brochazos. Preferiría

con una visa expedida por tu mano y corazón

llenarte mejor de caricias, de besos aurales. De mi

nariz sabueso recorriéndote cada poro. No

dejando sin archivar ni la más recóndita de

tus fragancias. Cada dato lo querré dentro de mí.

Por si mueres, acá tenerte, por si muero, llevarte

conmigo. No soy un soñador, ni un pretencioso.

Porque no lo sueño, ahora mismo te siento. Por

que no pretendo. Lo estoy sintiendo. Todo esto

como un profeta barato, pasará. Un instante de

caricias me bastará. Pero también una eternidad

sin volverte a ver me bastará. Porque ya te he

conocido. Mi Yo, siempre seré yo un Tú.



P.D: No he mencionado la palabra amor, por que

lo considero algo burdo y temporal. Te prefiero así, sin especificar.









Inequívoco



Evoco lo evocable,

trasgredo lo trasgedible,

lloro lo pensable y

pienso lo sentimental.

Es una dialéctica, ¡todo es una maldita

dialéctica!.

La batalla por dormir en la víspera

se transforma en una pesadez matutina.

La incorporación corpórea sobre el piso helado

despega en la primera ley newtoniana.

Tomo lo que tenga a la mano y lo transformo:

   —e,emecealcuadrado — (pero más vulgar)

Recuerdo que tengo que recordar, y cómo cuando

recuerdo que tengo fisiológicamente hambre.

Evoco lo irrevocable, porqué de eso debemos

estar hechos. Hechos son los que nacen de seres

irrevocables.

Quiero, debo, quiero y debo. Debo y pago, todo para

todos. Todo es un espejo y solo tiempo y lugar será

cuestión para que de nuevo venga a mí.

Siempre siendo yo.







Eco



Viejo-viejo- viejo-viejo viejovial-jovial-jovial-jovial-vojial-

jovialto-alto-alto-alto-alto-altomo-tomo-tomo-tomo-tomo

tomodo-modo-modo-modo-modo-modo-modonde-donde-

donde-donde-dondejando-dejando-dejando-dejando-dejando-

dejando-ando-ando-ando-ando-ando-ando-doto-doto-todo-todo-

todo-todo-para-todos-todos-todos-todos-dos-dos-dosotres-tres-tres

tres-tres-tresesperan-esperan-esperan-an-an-an-an-ansiosos-osos-

osos-osos-osos-osospechando-ando-ando-ando-que-no-llego-a-ningún-

lado-lado-ado-ado-ado-ado-ado-ado-ado-adormir-mejor.




lunes, 18 de mayo de 2015

La balsa de la Medusa de Théodore Géricault



La balsa de la Medusa de Théodore Géricault       
                                       
No es cierto. No es tan cierto. No debe ser tan cierto. No debe ser tan cierto pero lo queremos cierto. Ya no es barlovento o sotavento, ni arriba o abajo. La muerte o la vida. La sed o el ser. Allá a lo lejos, aquí tan cerca. Han dicho que viene la ayuda, el viento nos dice que eso es falso. Los límites dejaron de serlo, nos hemos carcomido desde dentro, y la sal ha aderezado nuestras carnes; no sé si divago o jamás lo he hecho pero la vida que hemos comido ha sido un suculento manjar, una vida a costa de otra no puede saber mal.
Aquí y allá murmullos y gritería. Entre los resignados y los que aun anhelan una oportunidad. El mundo se ha reducido, y es uno donde Dios está en tierra firme. La balsa es grande, muy grande para mí y mi pesimismo. Donde unos yacen complacidos, en un dulce sueño bogando en otro mundo, y los otros muy alerta bogando también en otro mundo: el inhumano. Queriendo vivir después de haber matado, aun soñando después de haber despertado la cruda realidad humana y yo, aquí acurrucado queriendo sentir mi propia humanidad. Me siento mal de seguir vivo, me siento bien de no haber muerto, es esta dicotomía que me ha mantenido cuerdo.
¡Estamos salvados! han gritado. Los ausentes han respondido en su silencio, los moribundos en su chapoteo entre el mar y el cielo y los aún con fuerza con mas vítores; yo esperaré si es que es cierto y si no, también. ¿Redimirme y ser devorado?, o ¿vivir y seguir devorando? No lo sé, realmente no lo sé.


jueves, 5 de marzo de 2015

Clásico 2.0







Cíclopes

Sin confiarme ciegamente, en la ceguera de Polifemo,

qué aun con su visión truncada la fuerza le acompaña.

A sabiendas que los demás Cíclopes deambulan alrededor,

no gritaré mi nombre hasta estar en un sitio seguro.

Son aquellos Cíclopes, con su calma efervescente, con

la tranquilidad titánica los que me hacen andar a tientas,

en parsimonia ante la pérdida de armonía,

tan bien ganada en este viaje qué,

aunque aún no termina ha comenzado a navegar 

en aguas calmas.



Lestrigones

Todos somos Lestrigones, sea en cada momento

o alguna vez en la vida.

He mirado por encima del hombro a personas diminutas

a la vez que me he sentido a los pies de algún gigante.

Hoy, ya he adquirido el tamaño que me toca, y ahora

me he cuidado de no ser presa del algún hambriento.

El hambre renace en ciertas condiciones, aprendido he

a conocerlas y estar preparado.

He controlado ese apetito al semejante, e intento no ser

plato de nadie evitando sazonarme con acciones

infructuosas.



Poseidón



A veces Poseidón está de espalda, ignorando

mis acciones, son momentos que aprovecho

desplegando velas, y tomando posiciones.

A veces Poseidón está de frente, en franco

ataque sin tregua alguna, su temperamento

es mío, y las consecuencias me serán propias

también.

A veces, ya en la calma pienso en él, y en la

tormenta lo olvido. Es ese pensamiento

el que me ha hecho hábil para aprovechar

el tiempo, para aprovechar los días.

Sea cual sea su naturaleza.



Ítaca

Ítaca más allá del horizonte.

He tomado la ruta panorámica para llegar a ella,

Ítaca llegará hacia mí el día que yo ya no pueda llegar

a ella.

Pero en el trascurso, el camino será el que mejor he tomado,

sea empedrado o enlosado.

Pues el caso es andar.

Tito Rosales.