A través de ti.
¿Y qué tan grave podría ser,
el echar andar con lo que fui hecho?
Activar la opción de cerrar los ojos
y aspirar a fondo. De alargar mis manos
y tantear con tino. Escrutar hebra a hebra,
aquella cabellera nueva, que saboree
mi lengua un sabor lejano.
Envolverme en telas, que jamás he visto
y hurgar por dentro una oscuridad
compinche.
Sentir ese roce cómplice entre dos
pieles
que se funden y se alargan sin encontrar
sus fines.
El quitar, prenda a prenda hasta dejar
el alma,
y aun con los ojos cerrados sentirnos en
uno,
esgrimiendo el cariño propio para protegernos,
en fin, entre hurtadillas amarnos como
solo
nosotros lo sabemos, en sinceridad,
concorde a como fuimos
creados.
Así, tocar los vestidos, saborear
labiales,
rozar nuevas pieles, y abrir nuevos ojos
para
acomodarnos ese nuevo peluquín
que nos hará sentir completos. No
hombres
o mujeres, solo…completos.
* * *
Por amor
Por amor surca en el aire, aquel
contenedor
con combustible y llamas.
Por amor se ha atravesado, la cabeza al
opresor
con un guijarro bien lanzado.
Por amor hemos gritado, maldecido y
ofuscado
con gran rabia aquellos males percibidos.
Por amor no perdonamos, solo actuamos
con
sigilo.
Por amor nos mantenemos firmes, firmes
ante el embate enemigo.
Por amor hay explosiones y tormentos
para aquellos que subyugan sin vacilo.
Por amor hay barricadas, proyectiles,
a lo largo del camino.
Por amor al odio, que es el remedio al
olvido, odiaremos a los amantes de lo
simple y lo vacío. Amaremos al que odia,
directamente a aquel principio del mal
al que ha sumido, esta realidad
dantesca.
Esta realidad ficticia, donde lo bueno
ha sido
malo, y lo malo bendecido. Con acción directa,
con dirección activa. Una vida sin amor
y odio, es
una vida perdida.