domingo, 4 de noviembre de 2012

Días de muertos


Encontré a una bala perdida
y la alojé dentro de mí.
Descubrí una gran oferta
que era mi vida devaluada.
Caminé una larga senda
entre epitafios y tamboras
y platiqué con la justicia
que era una puta maquillada.
Resbalé con la codicia
y la sangre que brotó.
Deambulé entre los olores
de la pólvora quemada.
Me reí cuando dijeron
que los muertos son ajenos
y que las cuentas solo saldan
los que matan a mansalva.
Respondí al grito de auxilio
de una sociedad amarga
y pagué con mi suplicio
el tener un alma humana.
Hoy ya no me encuentro allí
donde la vida pasa recio.
Ni donde el sol pueda quemar
esa piel atrincherada.
Mi lugar es uno mas
de los números certeros
que componen ese muro
de un Mictlan al ras del suelo.
Mi memoria vaga tenue
entre el pobre y el dinero
y entre las páginas de una prensa
que se jacta de los muertos

        No descanso en paz,
Por que así lo he decidido
¿Como puedo tener paz
y ver a un pueblo sufriendo?
Soy la mancha, soy la foto
soy la silueta en el suelo.
Soy el niño, soy la joven
soy aquel amigo sincero.
Soy la vida que fue muerta
soy el muerto que aun vive
Soy un son, soy un corrido.
Soy soberbia y soy vino.
Soy violencia antes de dormir
y soy un ¡ándale! al despertar.
Eso viví cuando viví.
Y hoy soy un muerto mas.